Exposición a campos electromagnéticos y variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV)

Uno de los muchos factores físicos afectados por la exposición constante a campos electromagnéticos es la variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV). Hoy te contamos más sobre este fenómeno.
Con la expansión de las tecnologías inteligentes a casi todas las áreas de nuestra vida, hoy es muy fácil medir y hacer seguimiento de todo tipo de información relacionada con nuestra salud y bienestar. Gracias a los dispositivos inteligentes, ahora podemos controlar nuestro peso, presión arterial, número de pasos, calorías, frecuencia cardíaca y niveles de azúcar en sangre desde la comodidad de nuestro hogar. Recientemente, algunos investigadores han empezado a utilizar un marcador interesante para evaluar la resistencia y la flexibilidad conductual: se trata de la variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV).
¿Alguna vez te has preguntado cuál es el impacto de un día estresante en tu salud? ¿Cómo te desempeñarás en la carrera matutina de mañana? ¿Existe algo que puedas hacer hoy para mejorar tu capacidad de ser mejor mañana? La HRV podría ser el dato que te ayude a responder todas estas preguntas.
Ahora, ¿sabías que la exposición constante a campos electromagnéticos (EMF) también podría afectar el valor de la HRV? Hoy queremos contarte más acerca de la variabilidad de la frecuencia cardíaca y cómo se relaciona con la exposición a EMF.
¿Qué es la variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV)?
Aunque es popular la metáfora, un corazón sano no late de manera constante como un metrónomo, sino que cambia su ritmo con cada latido. Esta variación constante en milisegundos entre los latidos se conoce como variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV).
Algunas situaciones provocan un aumento de la variabilidad (HRV alta), mientras que otras hacen que los intervalos entre latidos sean más constantes (HRV baja). Puede que no seas consciente de estas sutiles variaciones, pero reflejan la capacidad del corazón para responder a diferentes situaciones.
La HRV puede reaccionar al estrés y a la enfermedad antes que la frecuencia cardíaca en reposo, lo que la convierte en una de las señales más poderosas del organismo, proporcionando información útil sobre los niveles de estrés, el estado de recuperación y el bienestar general.
La variabilidad del ritmo cardíaco como medida del bienestar general
La medición de la variabilidad de la frecuencia cardíaca es una medida ideal para verificar el bienestar general de una persona. En primer lugar, hay que tener en cuenta que el corazón es una fuente de energía electromagnética de 2,4 vatios y sus oscilaciones se pueden medir en las células más pequeñas del cuerpo. Todos los ritmos de la vida se reflejan en los latidos del corazón; por lo tanto, si estos ritmos están en armonía, entonces experimentamos una sensación de bienestar.
Por ejemplo, la variabilidad de la frecuencia cardíaca se utiliza para monitorizar el rendimiento del organismo en el entrenamiento físico y la capacidad de recuperación. Para ello, se analizan las variaciones de latido a latido y, midiendo con precisión el intervalo de tiempo entre latidos, la variación detectada se puede utilizar para medir el estrés psicológico y fisiológico y la fatiga corporal durante el entrenamiento.
En términos generales, cuanto más relajado y sin cargas (sin fatiga) esté el cuerpo, más variable será el tiempo entre latidos. Los datos de la variabilidad de la frecuencia cardíaca pueden indicar el impacto de la fatiga debido a sesiones de ejercicio anteriores, niveles de hidratación, estrés e incluso el grado de ansiedad, nerviosismo u otros factores estresantes externos.
Los estudios han demostrado que la variabilidad de la frecuencia cardíaca varía entre individuos en función de el tamaño del ventrículo izquierdo (rasgo hereditario), el nivel de condición física, la posición corporal, la temperatura, la humedad, la altitud, el estado de ánimo, el estado hormonal, los medicamentos y estimulantes, el género y la edad.
Relación entre la variabilidad del ritmo cardíaco y los campos electromagnéticos
Como hemos mencionado anteriormente, nuestro cuerpo está alimentado por un sinfín de reacciones químicas y orgánicas que tienen su origen en un impulso eléctrico; y esto es especialmente importante cuando hablamos del corazón, un órgano que genera sus propios campos eléctricos y cuyo bienestar también puede medirse por el estado de su actividad eléctrica (electrocardiograma).
El sistema nervioso vegetativo controla dinámicamente el equilibrio interno del organismo en función de las cargas externas e internas momentáneas. El corazón reacciona a los estímulos perceptibles e imperceptibles que se generan (como la radiación electromagnética) y actúa sobre el sistema nervioso vegetativo. La variabilidad de la frecuencia cardíaca de una persona sana se basa, esencialmente, en la interacción óptima entre los componentes simpático y parasimpático del sistema nervioso vegetativo para adaptarse.
La estimulación espontánea del sistema nervioso autónomo por radiación electromagnética y campos de energía se encuentra, por lo general, muy por debajo del valor umbral perceptible físicamente. Sin embargo, los sistemas de medición más modernos registran también las reacciones más pequeñas en el control del sistema nervioso autónomo, en particular mediante los parámetros de variabilidad de la frecuencia cardíaca.
Como se ha mencionado, la variabilidad de la frecuencia cardíaca puede verse afectada por muchos elementos físicos (ejercicio, enfermedad) o externos (estrés y factores ambientales). En el caso de los efectos debilitantes o dañinos de la telefonía móvil de alta frecuencia, la radiación y las ondas de baja frecuencia,
Contaminación electromagnética, estas son comúnmente reconocidas por el sistema nervioso como amenazas vitales. Esto significa que, si el cuerpo está expuesto a cargas constantes debido a interferencias de campo, no será capaz de normalizar los parámetros de estrés y, por lo tanto, habrá una reducción en la variabilidad de la frecuencia cardíaca y la capacidad del cuerpo para adaptarse a los cambios.
Durante años, nos hemos dedicado a investigar y desarrollar soluciones para
contaminación electromagnética que sean accesibles, escalables, amigables, benéficas y que estimulen el bienestar general del medio ambiente y del cuerpo humano sin necesidad de detener el desarrollo tecnológico. Nuestras soluciones SPIRO fueron certificadas por la Fondo Internacional de Inversión Extranjera (IGEF) Mediante la medición de la variabilidad de la frecuencia cardíaca de varios sujetos de prueba, que mejoró significativamente mediante el uso de este material como protección contra la contaminación electromagnética.